domingo, 26 de febrero de 2012

Que dice Jesus sobre su unica Iglesia?

Que dice Jesus sobre su unica Iglesia?

“Cristo amó a la Iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, purificándola mediante el baño del agua, en virtud de la palabra, y presentándosela resplandeciente a sí mismo, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada” (Efesios 5,25-27) 

Pablo habla de “la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre” (Hechos 20, 28).

Y San Pablo les dirá a los de Corinto: “Estoy celoso de ustedes con celos de Dios, pues los tengo desposados con un solo esposo para presentarlos como virgen casta a Cristo” (1Corintios 11,2).

El Apocalipsis no puede ser más explícito, cuando nos invita con entusiasmo: “¡Alegrémonos, y regocijémonos y démosle gloria! Porque ha llegado la boda del Cordero, y su Esposa se ha engalanado con lino de blancura deslumbrante”. Y nos repite después: “Ven, que te voy a enseñar a la Novia, a la Esposa del Cordero” (Apocalipsis 19,8; 21,0).

Pero, ciertamente, eso de Pablo, que “Jesucristo se presenta a sí mismo una Iglesia resplandeciente, sin mancha ni arruga ni cosa parecida, sino toda santa e inmaculada” (Efesios 5,27), no se dará sino al final, cuando todos los elegidos se vean purificados totalmente, y tomen posesión de la morada definitiva de la Esposa, la Jerusalén celestial, “en la cual no entrará nada profano, porque será sólo para los inscritos en el libro de la vida del Cordero” (Apocalipsis 21,27).

¿Qué hace ahora la Iglesia de la tierra? Suspirar continuamente por la unión con su Esposo Jesucristo, que le dice: “¡Sí, vengo pronto!”, y al cual la Esposa enamorada le responde a impulsos del Espíritu Santo: “¡Ven, Señor Jesús!” (Apocalipsis 22, 20). 

Jesucristo y la Iglesia: no pueden vivir el uno sin el otro. 

La Iglesia es creación de Dios, construcción de Cristo, animada y habitada por el Espíritu Santo (1 Cor. 3,16 y Ef. 2, 22).

La Iglesia está confiada a los hombres, apóstoles «escogidos por Jesús bajo la acción del Espíritu Santo (Hch. 1, 2). Y los apóstoles confiaron la Iglesia a sus sucesores que, por imposición de las manos, recibieron el carisma de gobernar (1 Tim. 4, 14 y 2 Tim. 1, 6).

La Iglesia guiada por el Espíritu Santo (Jn. 16, 13) es «columna y fundamento de la verdad» (1 Tim. 3, 15), capaz de guardar el depósito de las «sanas palabras recibidas» (2 Tim. 1, 13). Es decir, de explicarlo sin error. 

La Iglesia es constituida como Cuerpo de Cristo por medio del Evangelio (Ef. 3-10), nacida de un solo bautismo (Ef. 4, 5), alimentada con un solo pan (1 Cor. 10, 17), reunida en un solo Pueblo de hijos de un mismo Dios y Padre (Gál. 3, 28). 

La Ley de la Iglesia es el «mandamiento Nuevo: amar como el mismo Cristo nos amó» (Jn 13, 34). Esta es la ley «nueva» del Espíritu Santo y la misión de la Iglesia es ser la sal de la tierra y luz del mundo (Mt. 5, 13).

Después de esta breve reflexión bíblica acerca de la Iglesia de Cristo, no puedo comprender cómo un cristiano puede decir: «Creo en Jesucristo, pero no en la Iglesia». Esta manera de hablar es simplemente mutilar el Mensaje de Cristo y refleja una gran ignorancia de la verdadera Fe cristiana. 

La Iglesia es la continuación de Cristo en el mundo. En ella se da la plenitud de los medios de salvación, entregados por Jesucristo a los hombres, mediante los apóstoles. La Iglesia de Cristo es «la base y pilar de la verdad» (1 Ti. 3, 15); es el lugar donde se manifiesta la acción de Dios, en los signos sacramentales, para la llegada de su Reino a este mundo. 

Así que aceptar a Cristo significa aceptar su Iglesia. El «Cristo total» es Cristo y la Iglesia. No se puede aceptar a Cristo y rechazar su Iglesia. Dijo Jesús a sus Apóstoles y discípulos: «El que a ustedes recibe, a Mí me recibe. Y el que me recibe a Mí, recibe al que me ha enviado. Como el Padre me envió a Mí, así Yo los envío a ustedes». 

La verdadera Iglesia de Jesús se reconoce en la Iglesia Católica a la que nosotros tenemos la dicha de pertenecer. Cierto que la Iglesia es a la vez santa y pecadora, porque está formada por seres humanos, pero es la única que entronca y conecta con los Apóstoles y con Cristo. A nosotros corresponde crecer día a día en santidad para que brille en ella el rostro de la verdadera Iglesia de Cristo. Y, siendo esto así, cometería un grave error quien la desconociera. Así que no más cristianos «a mi manera», sino a la manera que Cristo dispuso. Y Cristo quiso salvarnos en su Iglesia que es Una, Santa, Católica, y Apostólica. 

Jesus te ama, buscale en esta cuaresma y vive ese amor en su Iglesia Católica!!!!

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