martes, 20 de diciembre de 2011

La Iglesia Católica, la unica Iglesia fundada por Jesus!!


LA IGLESIA FUNDADA POR CRISTO.

      Es realmente importante en estos tiempos en los que la proliferación de sectas se propaga con increíble velocidad, llamar la atención sobre las condiciones y cualidades con las que Cristo estableció su Iglesia.  La única y verdadera Iglesia de Cristo es aquella en la existe una real línea de continuidad desde su fundación, teniendo como Vicario de Cristo al sucesor de Pedro.

     Con la intención de ofrecer respuestas correctas a los argumentos alegados por los hermanos separados, con la intención de socavar o robar nuestra fe, realizamos el desarrollo de este tema, con la sincera intención de que aprendamos a valorar como católicos, el hermoso legado que recibimos, y a defender nuestra fe con la conciencia plena de pertenecer a la Iglesia verdadera.

     Nuestro Señor diseñó para nosotros un plan de salvación desde la eternidad, para rescatarnos de nuestra separación de su Gracia, por el mal uso de la libertad que nos regaló. Por esto llama a Abraham, y por esto es engendrado su hijo Jesucristo en el seno virginal de nuestra madre María Santísima. 

     Cristo funda una Iglesia a la que le otorga todos los medios de salvación. Naturalmente dado que esa Iglesia es de origen Divino, el maligno se empeña en destruirla, pero nunca podrá lograrlo pues su Divino Fundador aseguró que ni los poderes del infierno la podrían destruir. 

     Aún a sabiendas de que no podrá vencerla, el continúa su lucha en contra de la salvación de las almas, y encuentra la manera de propagar numerosas herejías, difamando a la Iglesia para que el pueblo la abandone y se confunda en el protestantismo y la indiferencia religiosa.

Formación de Nuestra Iglesia.

     Debemos prestar cuidado al hecho de que el protestantismo tiende a cuestionar nuestra jerarquía eclesiástica, iniciando con San Pedro, de quien ponían en tela de juicio su “capacidad” para dirigir terrenalmente nuestra Iglesia en sus inicios.

     Es de vital importancia entender que cuando el Señor elige sus apóstoles y los llama para predicar el evangelio y ser semilla de luz para el mundo en la creación de su Reino, los selecciona de acuerdo a su santa voluntad “desde la multitud llamó a los que él quiso” (Mc 3,13-15). 

     Dado esto surge la pregunta: ¿Deseamos estar en “cualquier” Iglesia, o en la Iglesia de Cristo, donde éL elige a sus miembros y los llama a integrar Su Iglesia?

     La palabra Iglesia (ecclesia) se empleó en su primer sentido para expresar la completa congregación de la Cristiandad Católica unida en una misma Fe, obedeciendo a una Jerarquía en comunión consigo misma.  En ese momento, el jefe visible era Cristo, después lo sería Pedro y sus sucesores.

     Esta Iglesia fue constituida en sus cimientos por los apóstoles. A ellos Cristo les enseñaba el Evangelio y los formaba para la misión que les esperaba invistiéndolos de autoridad.  A esos doce, se van agregando más personas poco a poco, para colaborar en el anuncio del mensaje de salvación traído por Jesucristo, y silenciosamente, se va formando la Iglesia de Dios.

     Pero a pesar que Jesucristo tenía muchos seguidores, solo a los doce les dio los poderes de enseñar, administrar sacramentos, etc. Ellos habían sido llamados y escogidos. 
   
      Autoridad de la Iglesia.

     
Veamos la siguiente cita bíblica, tomada del evangelio de san Mateo, 28, 19-20 donde Nuestro Señor Jesucristo se dirige a los Apóstoles:

            Todo poder se me ha dado en el cielo y en la tierra, por eso vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautícenlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado, yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de los tiempos"
 
           Con sus palabras el Señor define el carácter apostólico de Su Iglesia. Apóstol significa "enviado", nuestra Iglesia fue enviada por Cristo a predicar el evangelio (Mc. 16, 15-16 y Mt 28 19-20) además, Cristo dijo a los apóstoles:

           "Quien a ustedes recibe, a mi me recibe, quien me recibe a mi, recibe al que me envió".

            Nuestra Iglesia es Apostólica, y lo es por varias razones, una de ellas es porque tuvo como base a los apóstoles, cree en las enseñanzas de ellos, y porque conecta directamente con ellos, y a través de los mismos con Cristo Nuestro Señor.  El nos envía a predicar su Evangelio a todo el mundo, y por esto nos hace misioneros.  Se entiende entonces que por su autoridad, sólo en Su Iglesia hay salvación y que debemos trabajar para que todos sean parte de ella. 

      La Iglesia recibe también el poder de administrar los Sacramentos cuando Cristo dice "bautícenlos en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo". Sólo los apóstoles y sus sucesores legítimos pueden brindar la salvación que Cristo nos legó a través de ellos.

     La Iglesia también recibió en ese momento, la autoridad de ser Maestra de la humanidad. Cristo dice "enséñenles a cumplir lo que yo les he encomendado" y autoriza a la Iglesia para que ella sea la que nos enseñe el camino de salvación que Cristo nos dejó. Por tal razón, tratándose de cuestiones de fe, nadie debe hacer caso omiso jamás a la visión de la Iglesia que es Una, Santa, Católica y Apostólica.

La autoridad de Pedro cimentada en Cristo.

     Pedro y sus sucesores reciben la autoridad que tienen directamente del mismo Cristo. Esto es fundamental en nuestra defensa de los protestantes, o de cualquiera con ideas erradas que sostenga que la Iglesia no es jerárquica.
Veamos las Sagradas Escrituras:

     “Yo he puesto en Sión por fundamento una Roca, Roca probada, Roca angular, de precio, solidamente asentada. El que en ella se apoye no titubeara.” Isaías 28,16.

     Simón, el hijo de Jonás es presentado a Jesús, y en ese momento, El le cambia el nombre cuando le dice:    

     "Simón hijo de Jonás, de ahora en adelante, serás llamado Kefas, lo que quiere decir roca o piedra." 

     Este es un hecho importante, tomando en cuenta que de acuerdo a la mentalidad del pueblo judío de la época, con los nombres pretendían abarcar el ser mismo de la persona, por tanto cuando Cristo le cambia el nombre a Simón, lo hace pensando en la misión que le aguardaba, de ser jefe visible de la Iglesia.

Cristo de distintas maneras, delega su autoridad a San Pedro:

       Cristo es la piedra angular de la Iglesia, veamos a San Pablo en la carta a los Efesios, 2, 20 pero ese que es la piedra angular, delega en otro la responsabilidad de ser el fundamento visible de la iglesia, cuando le cambia el nombre a Simón y confirma esto, cuando le dice a Simón Pedro:

       "... y ahora yo te digo, tu eres Pedro, o sea piedra, y sobre esta piedra edificare mi iglesia y las fuerzas del infierno no la podrán vencer, a ti te daré las llaves del reino de los cielos, todo lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra será desatado en los cielos" MT 16,18-20.

        De igual forma, Cristo tiene todo el poder, así lo dijo en Mt 28,19 "todo poder me ha sido dado en el cielo y en la tierra" pero, El, que es el todo poderoso, libremente decide dejar a otro investido de un gran poder, les dio su autoridad a San Pedro y sus sucesores, esto podemos confirmarlo leyendo la misma cita bíblica antes citada.

       En este momento, Cristo esta nombrando a Pedro, como cimiento de su naciente Iglesia, de ahí le viene a Pedro su legitimidad, del mismo Cristo, pues es él quien delega la autoridad.

       Cristo es el Buen Pastor, veamos el Cáp.10 del evangelio de San Juan, pero ese Pastor Supremo, designa a otro, y lo llama a que "apaciente sus ovejas... que apaciente sus corderos...", por eso decimos que los sucesores de Pedro son los pastores de la Iglesia porque, Cristo, Pastor Supremo, los designó para ello.

       Cristo le da a Pedro en la tierra y en el cielo el mismo poder que Él tiene en el cielo y en la tierra, y como ese poder requiere su constante ejercicio, para que la Iglesia no quedara a la deriva, la sucesión de Pedro no se puede interrumpir hasta la consumación de los tiempos, y Pedro será siempre la roca inconmovible en su fe, identificado plenamente con Cristo. En el evangelio de San Lucas, Cap. 22, 31-32, vemos:

    "Simón, Simón, mira que Satanás ha pedido permiso para sacudirlos como se hace con el trigo, pero yo he rogado por ti para que fe no se venga abajo, tu una vez que hayas regresado, confirma a tus hermanos."

       Satanás los reclama a todos y sólo a uno le garantiza Cristo la firmeza en la fe: a Pedro, la Roca indestructible. Si Cristo pidió especialmente para que no desfallezca nunca la fe de Pedro, esa oración no podía ser ineficaz, tenía que ser todopoderosa. Gracias a su especial oración, la fe de Pedro no desfallecerá jamás, y el no caerá en herejía, por el bien de la Iglesia que requiere como sociedad visible, de una cabeza visible para confirmar a los demás.

  Nuestra Iglesia… hasta el final de los tiempos.

       Las palabras de Jesucristo, son muy claras en este sentido, veamos pues:

     "Y las fuerzas del infierno no la podrán vencer "(Mt 16,18). 

    En este texto, encontramos la promesa de Cristo de que, sean cuales sean las circunstancias, su Iglesia no podrá jamás ser destruida. Por estas “fuerzas” debemos entender cualquier acto que Satanás realice en contra de la Santa Iglesia, ya sea que impulse a sus hijos a repudiar la autoridad de su Vicario el Papa, que sus pastores no vivan de acuerdo a las exigencias del evangelio, persecuciones de todo tipo, ya sean de musulmanes, gobiernos comunistas, protestantes, seguidores de nueva era, masones, pecados de sus miembros etc... Nada la podrá vencer.
 
       Lo cierto es que analizando retrospectivamente nuestra Iglesia, encontramos que ha tenido que soportar todo a lo largo de los siglos, pero siempre ha salido adelante, no por meritos propios, sino porque cuenta con la promesa de Nuestro Señor.

      Yo estaré con ustedes todos los días, hasta la consumación de los tiempos.” (Mt 28, 20.)

       Cristo nuestro Señor, nos asegura su presencia permanente en su Iglesia, durante toda su existencia, hasta el fin de los tiempos, y si El está con nosotros nadie nos podrá vencer.

       En ese mismo orden, así como afirma que El estaría con su Iglesia por siempre hasta la consumación de los siglos, asegura que quien aceptase a su Iglesia, lo acepta a El mismo cuando dice…

        "Quien a ustedes los recibe, a Mí me recibe, y quien me recibe a Mí, recibe al que me envió." (Mt 10, 40,) dejando muy en claro que si lo aceptamos a Él, necesariamente aceptamos la Iglesia que él fundó…
    
    Otro argumento muy socorrido por los protestantes es el que dice "la Iglesia Católica está llena de pecadores”, o “Cristo quiso una Iglesia santa, pero la Iglesia Católica está llena de borrachos, adúlteros, homicidas, etc.".

     ¿Qué podemos decir? Primeramente, que en esos argumentos están queriendo utilizar el método de verdad a medias y ya vimos que eso no es más que media mentira. Y sobre sus análisis podríamos decir que “son ciertos”, ya que nuestro Buen Dios quiso un mundo exento de pecado y fue el hombre el que haciendo mal uso de su libertad, dio entrada al pecado en su vida. Pero una vez que el hombre cayó, el Señor se apiadó de él y le envió como Salvador a su Propio Hijo. En otras palabras, por el esclavo sacrificó a Su Hijo.

     Ahora bien, y tu, querido hermano, pon mucha atención a esto…  Jesucristo en la parábola del trigo y la mala hierba, nos hace ver que esto debe ser así, que en la Iglesia habrán justos y pecadores, que lo ideal es que sólo haya santos, pero que mientras vivamos, estaremos expuestos al mal, al pecado y por eso dijo que no necesitan el médico los que están sanos sino los que están enfermos, por eso, por nosotros que estamos enfermos, infectados por el pecado, es que Él se entregó y murió para salvación nuestra.

     En los Santos Evangelios, leemos la parábola del fariseo y el publicano (Lucas 18, 9- 14.) En ella, se relata el caso de dos tipos diferentes de personas, uno fariseo que gustaba de hacer alarde de cumplir con la ley, que se creía justo a los ojos de Dios y así lo pregonaba, el otro era un publicano, una persona que incluso se quedaba en el ultimo lugar del templo, porque veía su indignidad, y desde ahí se confesaba ante Dios, como necesitado de su misericordia pues él sólo no podía vencer el pecado que en él habitaba.

     Pues bien, -nos dice Jesús- que al salir del templo, el fariseo salió igual, porque el que se engrandece será humillado, pero el que se humilla, será enaltecido, y con esto nos enseñó que Dios aprecia mucho la humildad, que la actitud de los fariseos era muy desagradable para El, y nosotros actualizamos esta parábola, y nos preguntamos.

¿Quienes sino los protestantes son los modernos fariseos? ¿Quienes sino ellos pregonan por doquier las fallas de algunos malos católicos, y se precian de ser justos?

     Enseguida pasamos a hacerles una pregunta a los protestantes: hablan tanto de los defectos de los católicos, que se podría llegar a creer que ellos no tuvieran pecado, ¿Será esto posible? Claro que no, la primera carta de San Juan, capitulo 1 versículo 9 nos dice que quien diga no tener pecado es un mentiroso y la verdad no está en él, por lo tanto, si tanto católicos como protestantes pecamos ¿por qué tanto escándalo en contra de nosotros? ¿Por qué el protestante ve en nosotros la pelusa, pero no ve la viga que el trae en su ojo?

La Única fundada por Cristo… La Iglesia Católica.

     Después de analizar las bases sobre las cuales está cimentada la Iglesia de Cristo, podemos identificar por sus características, entre todas las congregaciones religiosas, cual es la Iglesia fundada por El. Esto lo hacemos a través de un seguimiento exhaustivo de la historia.

     Concluimos entonces, que la única Iglesia Fundada por Cristo, es la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, pues es la única que puede demostrar que su origen se remonta hasta el mismo Cristo, su fundador.

     En la historia está evidenciada la existencia de la Iglesia Católica, encontramos literatura y documentaciones que nos cita referencias de los Santos, de los Papas, de los Obispos Católicos, así como los Concilios etc. Históricamente, podemos remontarnos hasta Jesucristo Nuestro Señor, pero lo mismo no sucede con las demás instituciones religiosas.

    Cristo, el único Mediador, instituyó y mantiene continuamente en la tierra a su Iglesia Santa, comunidad de fe, esperanza y caridad, como un todo visible, comunicando mediante ella la verdad y la gracia a todos.

       La pertenencia a la Iglesia fundada por Cristo, que es Una, Santa, Católica y Apostólica, es condición indispensable para la salvación, entendiéndose bien lo que significa pertenecer a la Iglesia Católica, y ante esta verdad es conveniente recordar las palabras de San Pabloa los Galatas:

      “Si viniéramos Nosotros, o un ángel del cielo a anunciarles un evangelio distinto al que les hemos anunciado, sea anatema...”

         Por lo que debemos estar alertas y no dejarnos seducir por lobos vestidos con piel de oveja, las sectas nos traen el evangelio de Jesucristo, adulterado e incompleto, si queremos la plenitud de los medios de salvación, sólo en Nuestra Iglesia Católica, bajo la dirección de Pedro, los encontraremos.

     Así que hermanos todos en Cristo, conozcamos y sintámonos orgullosos de ser católicos y profesar la fe de los apóstoles. Pero asumamos todos, nuestros compromisos con Cristo y con una actitud pro activa, no pudiéndonos quedar con ese tesoro y privilegio, lo llevemos al mundo que tanto lo necesita y así hacemos nuestro, el encargo al que hemos sido llamados por el Santo Padre Juan Pablo II de…

¡REMAR MAR ADENTRO!

MT. 28, 18-20.

    “Todo poder se me ha dado en el cielo y en la tierra. Por eso, vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el nombre del padre, del hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a cumplir todo lo que les he enseñado.  Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo.”

    Si profundizamos en esta cita, podríamos darnos cuenta de la riqueza que esconde en sus palabras… Vemos que son los que él eligió, los que tienen la misión de bautizar a su pueblo, son los encargados de ENSEÑAR a los demás.

     Y lo que más quiero resaltar es LA PROMESA DE PERPETUIDAD que Jesús le hace a su Iglesia.
¿Podría fallar Jesús en esa asistencia prometida a su Iglesia? O ¿Un fundador de una de las miles Iglesias y sectas protestantes de hoy día, tendría más poder que el mismo Jesús?   
Sabemos que la respuesta es que no es posible el que Jesús fallara en su promesa…Ya que como leímos anteriormente, él estará con su Iglesia hasta el fin de los tiempos.

REPITO…. Él estará con su IGLESIA!!!!!

¡HERMANOS PROTESTANTES!!!!

     ¿O JESÚS ESTÁ EQUIVOCADO, O LES HAN ENSEÑADO MAL EN SUS IGLESIAS?

¿Por qué resalto estas palabras? 

    Pues lo hago ya que esa es la clave para entender que la Iglesia que Jesús vino a fundar, o lo que es lo mismo, la Iglesia que él estableció, no podría faltar en ningún momento de la historia ya que él le prometió asistencia de lo alto y que él estaría con ella hasta el final de los tiempos.

    Los discípulos al entender muy claro ese punto, desde el inicio comenzaron a nombrar hombres probados para que se encargaran de las iglesias, esto es lo que la Iglesia siempre ha conocido como la sucesión apostólica. La cual, es la única que la disfruta como ustedes han visto claramente, por tener una secuencia ininterrumpida desde los apóstoles hasta nuestros días.    
                                                                
     Y por más enemigos y detractores que surjan en el mundo, por más persecuciones que quieran callar la voz y cortar el peregrinar de la Iglesia hacia la tierra prometida por Dios. Y lo que es peor, por más miembros indignos que tenga dentro, nadie podrá contra ella.
     A esta realidad quiero expresar lo que un día nos dejó plasmado el protestante Macaulay, para la segunda mitad del siglo XIX:
     “El Papado subsiste; no está en decadencia ni puede considerarse como resto de una antigua grandeza. Sino que aparece lleno de vida y vigorosa juventud. No hay síntoma alguno que indique el próximo fin de su supremacía espiritual. La Iglesia Católica sigue enviando a los últimos confines de la tierra misioneros animados del mismo celo que animaba a los que con Agustín desembarcaron en el condado de Kent (Inglaterra,) y hablan a los reyes, enemigos suyos con la misma libertad con que el Papa León Magno habló en presencia de Atila. El número de sus hijos es mayor que nunca, pues las conversiones al catolicismo es mayor que nunca, pues las conversiones al catolicismo en el nuevo mundo han compensado con creces las pérdidas que ha sufrido en el viejo mundo. Ella ha visto nacer todos los gobiernos y todas las iglesias que existen en el mundo, y bien podemos afirmar que verá el final de todos ellos.”
     A esta reflexión quiero unirle un escrito del P. Cantalamessa, que en uno de los retiros de cuaresma que le impartió al Santo Padre Juan Pablo II dijo:
     «Todos debemos pedir perdón a Cristo por tantos juicios desconsiderados y por tantas ofensas ocasionadas a su Esposa y, en consecuencia, a Él mismo. La afirmación de la Carta a los Efesios contiene implícita una pregunta: “Cristo amó a la Iglesia, ¿y tú?”.»
    Recordemos hermanos todos en el Sr. que así como Jesus le dice a S. Pablo cuando va camino a Damasco a perseguir y matar a los cristianos, que por que le persigue a El? Así el mismo Jesus hoy día te dice a ti hermano que insultas, criticas, rechazas a la Iglesia de Dios, a la Iglesia fundada por Jesucristo, que hacer esto es hacerlo con El mismo!!!
     A ti te digo hoy, que si después de meditadas estas palabras, persistes en atacar a Cristo o lo que es lo mismo si persistes en atacar a su Iglesia, te recuerdo lo que dijo el gran Gamaliel:

     “Desentendeos de estos hombres y dejadlos. Porque si este plan o esta obra es de los hombres, fracasará; pero si es de Dios, no conseguiréis destruirlo.”     

AMEN!!                                  

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