domingo, 11 de diciembre de 2011

LA INQUISICION.

Desenmascarando mentiras históricas en contra de la Iglesia…

     [La Iglesia] "...no tiene miedo a la verdad que emerge de la historia y está dispuesta a reconocer equivocaciones allí donde se han verificado, sobre todo cuando se trata del respeto debido a las personas y a las comunidades. Pero es propensa a desconfiar de los juicios generalizados de absolución o de condena respecto a las diversas épocas históricas. Confía la investigación sobre el pasado a la paciente y honesta reconstrucción científica, libre de prejuicios de tipo confesional o ideológico, tanto por lo que respecta a las atribuciones de culpa que se le hacen como respecto a los daños que ella ha padecido".           Juan Pablo II, discurso del 1 de septiembre 1999.

     Amigo lector, resulta muy fácil juzgar y condenar en especial cuando las “pruebas” que se nos presente sean ambiguas o manipuladas, es por esta razón que dedico estas líneas a este tema tan controversial y al que muchos se refieren como uno de los más oscuros capítulos en la historia de la Iglesia “La Inquisición.” Para poder tratar este tema de forma objetiva e imparcial es preciso que viajemos con nuestra imaginación y nos situemos en aquella época para ser mas especifico transportémonos al Siglo XIII.

     Generalmente se entiende por este término, a la existencia de una institución eclesiástica que combatió y suprimió la herejía. La Inquisición fue y sigue siendo un tribunal polémico para el público en general. Históricamente surge en la fase de crecimiento de la legislación eclesiástica cuyo carácter se puede comprender únicamente con el análisis y el estudio cuidadoso de su desarrollo.

     Los historiadores se han ocupado de esta institución de modo científico y sin prejuicios ideológicos. El estudio de su evolución comprende varias perspectivas como la supresión de la herejía durante los primero siglos, edad media, en España y el Santo Oficio en Roma.

NACIMIENTO DEL TRIBUNAL DE LA INQUISICIÓN.

     Los apóstoles tenían el pleno convencimiento de que debían ser depositarios de la fe y de que cualquier variación de las enseñanzas sería culpable de ofensa. No obstante, no se actuaba en base a la Antigua Alianza en términos de penas impuestas, sino que se optaba por la excomunión de la Iglesia, como pena suficiente. En términos de apreciación general, se entiende que esta parece haber sido la norma durante los primeros tres siglos entre los cristianos. 

     Sin tomar en cuenta situaciones aisladas, el primer tribunal inquisitorial para juzgar delitos contra la fe nació en el siglo XIII, fundado por el Papa Honorio III en 1220 a petición del emperador alemán Federico II Hohenstaufen, que reinaba además en el sur de Italia y Sicilia. Es entendido que el emperador solicitó el tribunal concluyendo que era una excelente manera para mejorar su cuestionable imagen ante la Santa Sede, por tener relaciones amistosas con musulmanes y por otras causas variadas. En aquella época el emperador representaba el máximo poder civil y el Papa, el religioso, estimándose conveniente que las relaciones entre ambos fueran adecuadas.

     El romano pontífice exigió que el primer tribunal constituido en Sicilia estuviera formado por teólogos de las órdenes mendicantes (franciscanos y dominicos) para evitar que se desvirtuara su misión.

SURGIMIENTO, CONDICIONES Y CARACTERISTICAS.

     El Papa no estableció la inquisición como tribunal distinto y separado; lo que hizo fue designar a los jueces especiales pero permanentes que ejecutaron sus funciones doctrinales en su nombre.

     Debe ser observado cuidadosamente que la característica distinta de la inquisición no era su procedimiento peculiar, ni el examen secreto de testigos, y de la acusación oficial consecuente; este procedimiento era común en todas las cortes a partir de Inocencio III.

     Ni estaba la tortura, que no fue prescrita o aún no fue tenida en cuenta décadas después del principio de la inquisición, ni finalmente las varias sanciones, encarcelamiento, incautación, muerte por fuego etc. Castigos que existían mucho más generalmente antes de la inquisición. El inquisidor, en sentido estricto, era un juez especial pero permanente con autoridad para ocuparse legalmente de ofensas contra la fe, teniendo que adherirse a las reglas establecidas del procedimiento canónico.

     Es importante señalar que los primeros teólogos cristianos de la talla de Tertuliano, San Ambrosio de Milán o San Martín de Tours sostenían y proclamaban que la religión y la violencia son incompatibles. Eran partidarios de la doctrina evangélica que recomienda corregir y amonestar a quien atentaba contra la fe. La represión violenta de la herejía es un error teológico de graves consecuencias, implicado en la estrecha relación establecida entre el poder civil y la Iglesia en la Edad Media, pero que para entender este fenómeno se debe ver desde el contexto histórico de la época.

     A principios del siglo XIII en el sur de Francia y norte de Italia surgieron dos peligrosas herejías: albigenses y valdenses. Estas atacaban algunos pilares de la moral cristiana y de la organización social de la época. Inicialmente se intentó que sus seguidores la abandonaran a través de la predicación pacífica encomendada a los dominicos; y después se procuró su desaparición mediante una cruzada.

DELITOS JUZGADOS Y PENAS.

     El tribunal fue creado inicialmente para frenar la propagación de doctrinas variadas y externas entre los bautizados; entre algunos pocos ejemplos podemos citar las originadas en el judaísmo, mahometismo, luteranismo, alumbradismo, etc. También se consideraban delitos contra la fe, la blasfemia, la brujería, como subproducto de religiosidad. Además, se perseguían delitos de carácter moral como la bigamia.

     En la generalidad de los casos, los delitos se pagaban con excomunión, confiscación de bienes, multas, cárcel, oraciones y limosnas penitenciales. Las sentencias eran leídas y ejecutadas en público en los denominados autos de fe, instrumento inquisitorial para el control religioso de la población. La pena de muerte en hoguera se aplicaba únicamente al hereje contumaz no arrepentido. 

     Desde el siglo XIII, la Iglesia admitió el uso de la tortura para conseguir la confesión y arrepentimiento de los acusados. Hay que destacar que el tormento era utilizado solamente en los tribunales civiles; y en el de la Inquisición se le dio otra finalidad, dado que el acusado confeso arrepentido tras la tortura se libraba de la muerte, algo que no ocurría en la justicia civil. Las torturas eran sufrimientos físicos que no podían mutilar o matar al acusado según lo estipulado.

REALIDAD HISTORICA Y CONTROVERSIA.

     Es preciso señalar que la polémica sobre la Inquisición se alimenta de la ignorancia histórica, el desconocimiento de las mentalidades de épocas pasadas, la falta de contextualización de los hechos, y la escasez de estudios comparativos entre la justicia civil y la inquisitorial. Todo esto contribuye a formar no sólo una controversia justificada sino una leyenda injusta y siniestra en torno a la Inquisición.

     Nosotros los católicos de principios del siglo XXI, conocemos la doctrina del Concilio Vaticano II sobre la libertad religiosa, que coincide en sus planteamientos básicos con la de muchos teólogos cristianos de los cuatro primeros siglos de nuestra era.

     Por este motivo, el Papa Juan Pablo II teniendo en cuenta la unión espiritual que nos vincula con los miembros de la Iglesia de todos los tiempos, en su Carta Apostólica Tertio Milenio Adveniente, expresó la necesidad de revisar algunos pasajes oscuros de la historia de la Iglesia. Posteriormente reconoció y solicitó perdón ante el mundo por los errores de determinados fieles.

POSICION DEL VATICANO.

     Durante la presentación de un extenso que reflexiona sobre la inquisición, que recoge la opinión de numerosos historiadores y teólogos del Santo Tribunal, Juan Pablo II renovó su solicitud de perdón por todos los «pecados» cometidos por miembros de la Iglesia a lo largo de los siglos. Justamente se da a conocer la verdad a cerca de la oscura leyenda sobre los “malvados” tribunales, esclareciendo que las torturas y ajusticiamientos no eran tan frecuentes como se ha dicho durante años.

     El Papa encargó personalmente a los historiadores la realización del estudio y el libro, poniendo a su disposición la documentación necesaria y sin establecer ningún tipo de requisito previo.

     La conclusión a la que llegaron los teólogos e historiadores reunidos en la Ciudad del Vaticano para presentar esta obra, fue que ni la Inquisición fue tan sanguinaria como se asegura, ni la Iglesia puede pasar por alto uno de los capítulos más oscuros de su historia.

     El Papa, que quiso expresar su opinión al respecto a través de una carta enviada a sus representantes vaticanos, expresa lo siguiente:

     “Es justo que la Iglesia acepte con una conciencia más viva el pecado de sus hijos recordando todas las circunstancias en las que, a lo largo de la historia, se ha alejado del espíritu de Cristo y su Evangelio, ofreciendo al mundo, en lugar del testimonio de una vida inspirada en los valores de la fe, el espectáculo de formas de pensar y actuar que fueron símbolo de antitestimonio y escándalo”, dijo Juan Pablo II en la primera parte de su epístola.

     La obra recoge el pensamiento de más de 50 intelectuales ligados al mundo del catolicismo que, luego de reunirse a debatir el tema en un simposio en 1998, concluyeron de que la historia nos muestra unos tribunales eclesiásticos mucho más despiadados y agresivos de lo que en realidad fueron.

     La documentación aportada refleja que, de un total de 100,000 procesos, más de la mitad de los acusados fueron absueltos y perdonados, quedando en libertad. Muchos de ellos, sin embargo, fueron posteriormente condenados por tribunales civiles.
     En España, uno de los países donde más activamente trabajó la Inquisición, de las cerca de 125,000 acusadas de brujería, solamente un total de 59 fueron ajusticiadas. En Italia, país notablemente más poblado, el número baja hasta 36; mientras que en Portugal se reduce hasta cuatro.

     A través de la referida epístola, el Santo Padre comunicó a los autores su gran aprecio por el nuevo libro y reafirmo la necesidad de que la investigación histórica contribuya a la búsqueda de la verdad. En la misma carta, el Papa se preguntaba «en qué medida la imagen de la Inquisición es fiel a la realidad» y aseguraba que «antes de pedir perdón es necesario tener conocimiento exacto de los hechos y colocar las faltas con respecto a las exigencias evangélicas donde realmente se encuentran.»

       Los protestantes dentro de su ciego fanatismo, nos quieren vivir señalando por estos puntos dentro de la historia de la Iglesia, primero aduciendo al hecho de que ellos nunca han incurrido en esos errores y para esto solo nos quieren hacer ver esos años, sin acordarse de que no existían!!!!!

     Y les quiero recordar que lo que la historia fielmente guarda en sus escritos y es el hecho de que inmediatamente nacieron, se crearon los protestantes, tomaron la inquisición en sus manos. Y en siendo territorios que dominaban, católicos eran perseguidos sin piedad dentro de ellos. Podríamos citar algunos ejemplos para refrescarle la memoria a todo el quiera conocer la historia y no a medias…

     Aunque vamos a verlo más adelante y con más detenimiento quiero reproducirles textualmente un fragmento de una carta que envía el líder de la reforma protestante Martín Lutero a un noble en el año 1525 y juzgue usted…
   
    "Matad cuantos campesinos podáis: hiera, pegue, degüelle quien pueda. Feliz si mueres en ello, mueres en obediencia a la Palabra divina."

     Y como este son muchos los casos de persecución y muerte a católicos por el simple hecho de ser católicos, ese era su único delito. Estos no tenían derecho ni siquiera a defenderse a continuación reproduzco unos capítulos del código ingles para Irlanda…

"El Católico que enseña a otro católico o protestante será ahorcado".

     "Si un católico adquiere tierras, todo protestante tiene el derecho de despojarle".

     "Destierro perpetuo a todo sacerdote católico; quienes lo eludan, sean medio ahorcados vivos y luego descuartizados".

     En Alemania muchos murieron acusados de practicar la brujería quemados en la hoguera ni siquiera los niños y ancianos enfermos se salvaban de estas acusaciones. Los Estados Unidos de Norteamérica esa gran nación que hoy domina el mundo, fue fundado por puritanos que gracias a la persecución de que eran objeto en Inglaterra por parte de los anglicanos tuvieron que salir huyendo.

     Esto es sin citarles las horrendas persecuciones que fueron victimas en Inglaterra, de manos de Enrique VIII por el sólo hecho de ser católicos y las realizadas despóticamente por el mismo Calvino.

     Como les dije al principio, trato de ser lo mas objetivo posible en este análisis. La inquisición no estuvo ajena a las ideas de la época y hasta cierto punto participó de la crueldad general, pero debemos tomar en cuenta los siguientes elementos:

     La cantidad de protestantes condenados a muerte en un periodo de trescientos años (1520-1820) fue de 220 de estos sólo 12 fueron quemados, esto según un investigador protestante alemán llamado Schafer, experto en el tema. Como pueden ver, quizás el numero de muertes ha sido totalmente manipulado y por intereses de hacer creer una historia no real.
 
     El tribunal de la inquisición fue el primero en el mundo en suspender las torturas muchos años antes de su desaparición, esto según el investigador de origen norteamericano Sr. G. Lea quien dijo en una ocasión que:

     "La Inquisición española en general fue menos cruel que los tribunales laicos al ejecutar la tortura."

     Si la persona acusada se arrepentía antes de la sentencia, se le indultaba, el acusado tenía la oportunidad de defenderse, de llevar los testigos que fueran necesarios para demostrar su inocencia.

     Nadie era hecho prisionero sin pruebas, no se permitían las denuncias anónimas y al menos 7 personas debían testificar en contra de alguien para poder apresarlo. De ser hallada culpable la sentencia dictada por el tribunal debía ser confirmada por el tribunal supremo a cual se podía apelar este a su vez entregaba al reo al Estado, el encargado de dar cumplimiento a la sentencia.

     Quisiera llamar la atención de un dato muy importante y es el hecho de que un buen numero de acusaciones fueron expuestas y dadas a la luz por un sacerdote apóstata, el cual fue secretario de la inquisición llamado, Juan Antonio Llorente, quien en la guerra de la independencia se fue al bando de los franceses y al verse obligado a huir a Francia, quema todas los datos oficiales que utilizó para realizar su trabajo.  

     Los datos objetivos y la verdad desmoronan todas invenciones malintencionadas que han sido divulgadas y que aparentemente pesan sobre la evolución de la Inquisición. Los autores serios sostienen que no es real que la mayoría de los acusados acabasen en la hoguera, como tampoco lo es el que la mayoría de las acusaciones estuviesen basadas en declaraciones obtenidas sometiendo a los prisioneros a la tortura.

     Estos mismos autores declaran el hecho de que en contra de lo que se suele pensar, la mayor parte de las condenas consistían en peregrinaciones, rezos, plegarias u otras penitencias espirituales. Otro punto históricamente relevante es la intención de explicar el fenómeno de la inquisición en el contexto de su época.

     De esta misma forma, aclaran el hecho de que antes de emitir un juicio moral objetivo hay que entender cosas como que durante el transcurso de la Edad Media la tortura y la pena de muerte eran prácticas habituales.
  
¡La historia no miente en esto, la prueba es clara!

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